Archive for mayo 2012

Yoko y sus cosas.

2 Comments »


Imagino que es esto lo que se siente cuando se acaba algo –se decía Yoko Ono mientras subía al último piso por la escalinata.

Menuda mierda. Tanto gritar en el MoMA, tanto reivindicar el arte más puro y que todo se acabe así, de repente, en el lavabo. Ni siquiera en la ducha, como una buena estrella del pop. Pegándome contra el lavamanos en la frente. Manda narices.

Y realmente esto no es tanto. Se acaba y empieza otra cosa. Digo yo. Pero es que tampoco lo sé. Desde esta altura las cosas se ven muy bien. La terraza con forma de triángulo me deja saborear  el amanecer y es todo onírico. Las cosas que han pasado aquí debajo nadie las sabe. Mujeres y hombres que se cruzan haciendo de sus vidas algo más interesante. A mí tuvieron que venir a cimentarme. Para luego llegar yo disolver cosas por amor al arte.

Menudos huevos. Tantas cosas por hacer y yo aquí arriba. A lo mejor el cielo no es tan bueno como lo pintan. Creo que ni pude despedirme. Madrid me ha pegado fuerte y esta vez es literal. Las sombras de lo que han pasado dudo que dejen de acompañarme. Lo que me llevo acá es lo que tengo. Lo que aproveché o dejé escapar. Lo que disfruté en su momento. Todo lo que tuve y lo que conservo. Cada segundo que me cambió es lo que hizo de esta mierda algo eterno, grande y bueno.

Gracias, tiempo, por regalarme este momento y por dejarme respirar ahora que no sopla tanto el viento. Gracias, carajo, que tampoco me lo merezco.

Impulsos

No Comments »

Y qué si me encanta volverme eléctrico.

Dormir poco no es nada si puedes disfrutarlo. Aprovechar el tiempo. Largarte al cine aunque tengas que hacer cosas más importantes. Rondar hasta las cinco de la mañana. Sentirte noctámbulo, como siempre has sido. Trabajar por algo bueno. Que si es bueno, yo juego.

No descansar demasiado. Permanecer alerta. No dejarse llevar por el resto y actualizar este blog que creías que habías olvidado.

Las descargas eléctricas dan sentido a esto que llamo vida. Necesito estar al cien o al cero. Odio los términos medios. Así me considero.

Y ahora vuelvo a escupir cosas sobre mí y que interesan poco en forma de tinta. De manchurrones de tinta.