Mi aparato y yo

Es lo único que importa hoy. Tenerla bien bonita y a la última. Cuanto más grande sea es hasta mejor, pero tampoco debe ser algo excesivo. Con que quepa en la mano va bien. Debe ser moderna, cómo no; con algo anticuado jamás serás guay. Puedes ponerle una fundita de plástico para protegerla, las hacen en todos los colores. Eso sí, es necesario saber utilizarla bien. De lo contrario será inservible que la tengas grande o bonita.

Hoy todo el mundo está enganchado a ellas. Todo el día con el aparatito para arriba y para abajo. Tener una les hace especiales, seres de un mundo aparte con conversaciones paralelas. Es un ejercicio adictivo el de este instrumento, de veras. Se sabe de personas que se engancharon a utilizarlo y se quedaron sin vida social real.

Por ello hay que andarse con ojo y no dejarse caer en la tentación. Es cierto que muchos dicen que son modas pasajeras, pero parece ser que la cosa está calando hondo. Hay que ser como hay que ser pero naturalmente, no mediante ese bicho del diablo. Hay que ser persona y hay que hablar con personas, y para ello, siento mucho decirlo, no hace falta tener Black Berry.

This entry was posted on viernes, 17 de diciembre de 2010 and is filed under ,,,,,. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0. You can leave a response.

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