Tus pedazos

Ladrillo a ladrillo. Baldosa a baldosa. Pedazo a pedazo. Construyamos lo que quieras. Un chalé, una cabaña en la playa o en el bosque, una barca, una vida. Pero por dios, por dios te pido, manchémonos las manos juntos. 

Que no se acaben los pasos que haya que dar. No ahora. No hasta dentro de un rato. Llevo mucho tiempo buscándote y llevas mucho tiempo buscándome. No podemos dejar el tiempo escapar ahora.

Dejemos el lamento insano. Y que cuando haya que sembrar de dinamita los cimientos de esa casa que acabamos de constuir, que lo hagamos sin pensarlo. Que no nos dé pena lo alto que pueda volar. Que las cosas, a veces, se hacen para romperlas, y si no lo rompemos nosotros vendrá alguien a cargárselo en nuestro lugar. 

Y pasemos a otras cosas. Y construyamos algo nuevo. Y que no se acabe. Aunque sea tópico. Aunque sea típico. Que sea cíclico. Y así, hasta que no quede nada, ni nadie. Ni ciervos en el bosque, ni señoras con bicicletas ni huecos donde esconderse.

This entry was posted on domingo, 16 de diciembre de 2012. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0. You can leave a response.

Leave a Reply

Alegrame un rato. Puedes hacerlo escribiendo una chorrada aquí: