Archive for marzo 2011

21 de Marzo de 2011

1 Comment »

Hay veces en las que los días se juntan unos con otros, apretujándose como un manojo de perejil recién cortado. Las horas se confunden y se van sumando. 24, 48, y ya perdí la cuenta.

Cada segundo es más apasionante que el anterior. Vives en un mundo casi idealizado. Sólo lo ves tú, pero es que estas horas son para ti. Alguien puso un filtro de color naranja en esta imagen que percibes y todo está coloreado. Todo anda como difuso y gracioso al mismo tiempo. Las cosas van pasando entre horas de clase que te tocan vivir por ser lunes. O martes. Sin embargo no por ello van a estar peor. Los segundos libres de la monotonía son increíbles.

Quién me iba a decir que tendría una cena espectacular a la que invitaría Sagrario, la dueña de aquel restaurante egipcio allá por Malasaña. Ni idea tenía de las sorpresas del sábado, del domingo, del lunes y de la madrugada del martes. No me imagino lo que queda por llegar.

Perdonden que no postease. Anduve ocupado entre fiestas y familia. Estuve encargándome de que todo fuese todavía mejor ahora. Ahora que cumplí años.

Monotonía

4 Comments »

Hay días en los que hacer siempre lo mismo te come por dentro. Estar conectado a una pantalla cerca de 15 horas me está matando. Trabajar me está labrando los sesos.

Hay días en los que te sientes productivo, y días en los que no. Por mucho que te lo curres no avanzas. Hojas impresas y bites de información, ¿qué más? Ganas de salir de aquí y de echar a caminar.

Mejor dar la cara

5 Comments »

A veces los locutores de la radio suenan mejor les pones la cara que tú quieres. Yo a Javi Nieves me lo imaginaba con un cierto parecido a Javier Sardá.




Sin embargo hoy me voy a estrenar para abrir una nueva etapa que incluya la fotografía en este espacio. Voy a subir un tipo de imagen que no publico demasiadas veces, pero lo voy a hacer a medias. Para que me conozcan, pero no del todo. Para que el que quiera me ponga la cara de Sardá o de Izaguirre.




Aprovecho para hacer mención a un aventurero que tuvo la suerte de acompañar a un idealista que luchó por sus pensamientos. Hablo de Alberto Granado, quien recorrió junto a Ernesto Guevara la hermosa tierra que es Sudamérica. Ayer apareció en los periódicos su muerte. Que vivan los biomédicos como usted, señor Granado.

Superoleitor PLUS

2 Comments »

Érase una vez un hombre insípido que quería tener sabor. Le sabía mal eso de salir a la calle y no poder paladear, no poder lamer las cosas, no poder disfrutar de la esencia de lo que por allí veía. Por las noches, cuando había olores y sabores distintos, el hombre insípido se deprimía. Cuando viajaba y no podía descubrir cada lugar como es, con sus esencias y sus ráfagas de aromas, se encerraba en la habitación del hotel.





El hombre insípido, tras sufrir mucho, encontró el remedio a su problema. Se compró el "Superoleitor PLUS"; para él, uno de los mejores inventos de la época. No conseguía sacar el jugo a las cosas a través de él, pero la maquinita le explicaba qué se sentía al oler y saber los elementos.





Y es que el hombre insípido era también un hombre posmoderno. Sabía que saber y oler no eran necesarios para la vida que hay después de la moderna. Todo se podía arreglar con una máquina que lo hiciera en su lugar. Compró máquinas para soñar, para divertirse, para conocer gente y para ligar. Se compró una para hacer el amor. Ésta última sustituyó al Superoleitor PLUS en su podio como mejor invento de la época.





Cosas de hombres. Cosas de insípidos.

La niña pez.

1 Comment »

Ponme un poco de jazz que tengo ganas de acostarme. Si no recurro a narcóticos, si la presión en las sienes no es lo que me hace vibrar, tendré que recurrir a otros métodos.

Dame un poco de soñar antes de que eche a volar. Mete palabras, sueños y proyectos mal hechos y mándalos por correo postal. Que sólo quiero dejar de ser un desalmado, ¿no me ves? ¿Qué más tengo que mostrar? Me dejo el alma en cada cosa que hago. Me dejo los cojones en amar, los sesos en pensar y la labia en convencer. Me dejo los ojos en pantallas que brillan en la oscuridad de la habitación. Me dejo las neuronas en sueños que tardan en llegar, si es que llegan. Y mírame, sonámbulo; me sale caro. Desalmado de intentar hacerlo todo sin dejar nada de lado. Exagero, me dicen. Lo hago todo por lo alto.

Y una vez más releo lo que escribo y pienso en lo egoísta que soy. Soy yo en mi blog, mis parrafadas y mis males de amores descontextualizados y elevados a la sexta. Un egocéntrico sin permiso que se queja por nada pero sólo acá. En la vida real parece que todo me resbala. Mis amigos lo pasan mal y yo estoy allá, en el centro geográfico del lugar. Descansa en paz, José Miguel Rabal. Siento no haber estado ahí para darle el abrazo que se merece a tu hija.