Cochabamba, Bolivia

Que también la lluvia se lleve lo que hoy nos aturde, atajo de cabrones. Que eso que nos tiene enredados, como si fueramos esturiones atrapados en redes areneras, sea cortado con tijeras de costura.

Sabemos que podemos hacerlo, sabemos que debemos hacerlo. Sabemos que no nos pueden pisar las sienes, sabemos que necesitamos gritarlo. No te digo que te levantes. No te llamo a la revolución. Soy Ché, pero ni Guevara ni con motocicleta. Ojalá.

Lo único que intento que pienses es en cómo estamos, en cómo están. Mírate de arriba abajo. Puedes vestirte como te venga en gana, pendejo. Puedes gastarte el dinero en aparatos estúpidos, puedo estar escribiendo esto en una máquina de varios cientos de euros. Podría beberme un cubata caro como hacen muchos o mirarme en los espejos más caros de Gran Vía.

Podríamos dejar ahora de mirarnos a nosotros. De pensar sólo en nuestro culo. Ahora traslademos la visión a lo que hay fuera. Que hay gente pelándose por el agua, que hay personas muriendo por el petróleo y que hay personajes brindando con champagne. Es la guerra de los líquidos, los sólidos y los gases. Es el momento de arrancarnos las costras y aclararlo todo.

¿Dónde es que tú quieres llegar?

Es la hora de dar un paso más, pero no te digo que lo hagas tú. Sólo los que tienen cojones, coraje y ganas de cambiarlo pueden comenzar a pasear. Sólo los que llevan las dos habas, las dos bolsas de la vida bien altas, dispuestas a ganar, pueden empezar la carrera.

No te digo que lo hagas tú. Te digo que yo daré todo lo posible por hacerlo. Si quieres venir conmigo me parece bien, te daré un abrazo. Si no me calzaré las botas cuando nadie me vea y me iré a hacer lo que te digo.

¿Qué es lo que tú vas a hacer?

This entry was posted on domingo, 21 de noviembre de 2010 and is filed under ,,,,,. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0. You can leave a response.

Leave a Reply

Alegrame un rato. Puedes hacerlo escribiendo una chorrada aquí: