Al otro lado del río

A veces me entran ganas de salir corriendo. De escalar hasta donde no se pueda más, de que se me caigan los pies, de que se me despedacen los dedos de tanto caminar.

A veces necesito aire. Besar la tierra que me aguanta cada día y encontrarme con la gente que hace lo propio. Se me ocurren historias de motocicletas que viviría en primera persona y me entra la sed de ruta, de viaje. De aventura.

Me acuerdo, a veces, de las palabras de Ernesto y las aplico a mi modo. No es América con mayúsculas la que es una. Creo que es todo. El todo. Me parece que debemos graduarnos todos y cada uno las gafas por las que vemos, quitarles las dioptrías de los prejuicios malsanos y los filtros que no nos dejan apreciar lo bueno de los demás.

Creo que he visto una luz al otro lado del río y voy a ir a por ella. Lo voy a cruzar a nado si hace falta. Por mí nada va a quedar indiferente.

Creo que he visto una luz al otro lado del río.

This entry was posted on sábado, 29 de enero de 2011 and is filed under ,,,. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0. You can leave a response.

2 Responses to “Al otro lado del río”

  1. Ganas de comerse el mundo :)
    Creo que hace falta más gente con ganas de perseguir y conseguir sus objetivos. A ti te sobran, y pensando (y escribiendo) así conseguirás lo que quieras (:

    ResponderEliminar

Alegrame un rato. Puedes hacerlo escribiendo una chorrada aquí: